Bienvenidos a la apasionante Historia de Roma

A todas aquellas personas que les guste la Historia en general y la Historia de Roma en particular, les doy mi más sincera y afectuosa bienvenida a este blog, en donde a base de pequeños artículos y reseñas pretendo enriquecerles sobre una civilización que si bien nos es muy conocida y estudiada, hay aspectos en donde no lo es tanto, y es ahí donde quiero incidir de manera constante, con el propósito de abrir nuevas perspectivas y enfoques de la Historia de Roma, tratando temas de sumo interés y de gran calado para todos aquellos que visiten este blog. Asimismo, estoy abierto a todo tipo de sugerencias, debates, críticas y opiniones con el objetivo de aprender y mejorar esta nueva andadura, que espero que con el paso del tiempo sea fructífera y cada vez tenga más adeptos. Un cordial saludo.

jueves, 6 de mayo de 2010

Sobre el origen de los etruscos

Voy a dar comienzo a este blog dedicado a la Historia de Roma hablando primeramente de una civilización que particularmente suscita mi interés y que para muchos es aun una perfecta desconocida: los etruscos. Esta civilización que nació antes que Roma, que se desarrolló en parte de la Italia Central, al oeste de los Apeninos y cuya decadencia coincide con el ascenso de ésta, mostró un notable desarrollo en cuestiones religiosas, literarias y lingüísticas (no en vano se conservan hasta más de diez mil inscripciones, si bien éstas son en su mayoría de carácter funerario) y también en lo que al comercio y relaciones con otros ámbitos culturales ya fueran fenicios y griegos al principio y romanos después.

Pero quizá lo que más atrae de los etruscos y que todavía sigue siendo un enigma es, sin duda, la cuestión de su origen. Hoy en día no se sabe todavía a ciencia cierta cual fue el principio de esta civilización, dicho de otro modo, cuándo y dónde surgió. Este es un problema de difícil solución porque a pesar de la abundancia de inscripciones autóctonas y de fuentes clásicas, casi ninguna de ellas hace alusión a esta cuestión (las que ahora citaré son las únicas que hacen mención) y por tanto, debemos también remitirnos a las investigaciones posteriores sobre este fenómeno.
  • La primera teoría de la que tenemos constancia, y que fue defendida por Heródoto, es la llamada teoría del origen oriental, compartida por los autores latinos Séneca y Tácito y moderadamente por Schachermeyer, en la que estima que los etruscos llegaron a las costas de Italia a través del mar Tirreno, procedentes de Lidia en una época inmediata a la guerra de Troya (s. XII a. C.) debido a una gran carestía en la zona y la imposición de tributos, lo que les obligó a emigrar hacia el oeste en busca de nuevas tierras. Este testimonio de Heródoto es apoyado por el historiador griego Xhantos de Sardi. El problema de ésta teoría radica en que no hay restos arqueológicos que permitan probar la hipótesis oriental, a excepción de una losa sepulcral hallada en Kaminia en donde lleva grabada la figura de un guerrero, armado con una lanza y aparentemente protegido por un escudo circular, fechada en el siglo VI a. C., con dos inscripciones que muestran que hay analogías en cuanto a morfología y léxico con la lengua etrusca (de lo que se sabe hoy por hoy). Entonces, habría que establecer si las semejanzas son accidentales o evidencia de migraciones etruscas. De todas formas, hay que insistir en que la fecha de esta tumba es demasiado tardía como para poder considerarla consecuencia de la migración de los etruscos a Italia. Podríamos también incluir dentro de esta primera teoría, aunque con diferentes actores, la propugnada por Helánico de Lesbos, quién nos dice que un pueblo de origen prehelénico, los pelasgos, fueron expulsados de su país por los griegos y que tras llegar del mar Jónico, tomaron Crotona, a partir de la cual colonizaron el interior, que desde entonces paso a llamarse Tirrenia considerándose como antepasados de los etruscos. Esta teoría también es defendida por Dionisio de Halicarnaso, que consideraba a los etruscos como los habitantes más antiguos de la región que lleva su nombre, habiéndose formado lo que llamaríamos la "nación etrusca" por la gradual y recíproca asimilación de los pueblos que habitaban entre el Arno y el Tíber, si bien Dionisio, no identifica pelasgos con tirrenos, afirmando que son pueblos diferentes a pesar de que unos recibieran el nombre de los otros y al contrario. Esta teoría, se apoya en la lengua, género de vida y costumbres que eran diametralmente opuestas a las de todos los demás pueblos de Italia.
  • La teoría del origen autóctono. Es la que goza de mayor aceptación. Fue Dionisio de Halicarnaso el que dio pie a ésta hipótesis, asegurando que los pelasgos y tirrenos no hablaban la misma lengua, tenían diferentes costumbres y que no poseían ni leyes ni instituciones similares, por lo tanto, eran pueblos diferentes, es decir, que los pelasgos fueron los que llegaron de Oriente, mientras que los tirrenos ya se encontraban en la Península Itálica. Esta teoría tiene apoyo de un importante grupo de investigadores, mostrando mediante una serie de estudios lingüísticos la existencia de un estrato arqueológico "tirrénico" preindoeuropeo, en donde el pueblo etrusco se formó de la unión de estos elementos culturales y étnicos indígenas preexistentes, con los que llegaron a Italia en la Edad del Bronce. Massino Pallotino, el etruscólogo por excelencia (ya fallecido), apoyó la hipótesis, sosteniendo que la cultura etrusca no necesariamente tenía porqué ser identificada con un "pueblo" etrusco procedente o no de otro lugar, sino que el origen sería el desarrollo de un gran sustrato indígena auspiciado con ciertos elementos externos (no niega entonces la influencia oriental), que configuraron la llamada cultura etrusca.
  • La tercera teoría o hipótesis es la teoría del origen septentrional, que es la menos aceptada de todas, que considera que los etruscos llegaron desde el norte de Europa a través de los Alpes basándose en ciertas afinidades entre la cultura "vilanoviana" y las civilizaciones danubianas. El origen de esta teoría se encuentra en un pasaje de Tito Livio aunque fue el francés N. Fréret en 1741 quién dio vigor a la misma. Los defensores de ésta hipótesis insisten en que entre los etruscos y demás pueblos de Italia había diferentes prácticas culturales que se relacionaban con las que se realizaban en la cuenca danubiana como el rito funerario de la incineración y la utilización del hierro. El descubrimiento de establecimientos etruscos en el Alto Adagio y el Alto Milanesado parece probar esta presunción de la teoría del origen septentrional, pero no hay más, y parece ser que su situación indica un recorrido opuesto, es decir, de sur a norte.
  • Una última teoría, expuesta por el profesor ruso Guennadi Grinevich, (teoría del origen protoeslavo) dice que allá por los tiempos prehelénicos, un pueblo protoeslavo, los "risich" o "hijos del leopardo Ras", emparentados con los pelasgos, se estableció en los Balcanes, en Grecia y en algunas islas del Egeo. Las circunstancias les obligaron a emigrar a Occidente, pudiéndose haber instalado en Etruria. En el diccionario del conocido historiador del mundo antiguo Esteban de Bizancio, los etruscos están catalogados entre las tribus eslavas y Helánico de Lesbos los considera como una ramificación de los pelasgos. Esta teoría apenas goza de aceptación.
Para finalizar, ni siquiera las pruebas genéticas realizadas a los habitantes de la moderna Toscana, comparándolas con otras partes del mundo mediterráneo han podido inclinar la balanza hacia una teoría u otra, y ni mucho menos esclarecer este enigma, con lo que en palabras de Massimo Pallotino, "es mejor no aclarar ni su etnia ni su origen, sino cómo, cuando y porqué consiguieron por sí solos un grado de civilización tan desarrollado".
Si queréis consultar bibliografía, os recomiendo los siguientes libros tanto sobre el origen como de la cultura etrusca:
- Cabrero Piquero, J.: Vida y costumbres de los etruscos. Madrid: edimat libros, 2007.
- Walker, J. M.: Los etruscos. Madrid. edimat libros, 2003.
- Blanco Freijeiro, A.: "Los etruscos". En cuadernillos Historia 16 nº 54. Madrid, 1985.
- Lara Peinado, F.: Los etruscos: pórtico de la Historia de Roma. Madrid: Cátedra, 2007.
- Torelli, M.: Historia de los etruscos. Madrid: Cátedra, 1996.
- Pallotino, M.: Etruscología. Buenos Aires: Eudeba, 1965

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